De manera injusta, los pies son una de las partes más olvidadas del cuerpo y deben de ser tratados con cuidado y mimo para que estén sanos.
Por desgracia, la mayoría de la gente se olvida de sus pies hasta el momento en el que acontece algún problema grave. No podemos olvidar que cuando caminamos, apoyamos todo nuestro peso sobre ellos, lo que los hace especialmente importantes y merecedores de cuantas visitas al podólogo sean necesarias.
¿Qué es un podólogo?
El podólogo es el médico que se encarga del tratamiento del diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y prevención de las diferentes patologías que afectan a los pies.
Aunque en un principio se le llamaba callista, este nombre ya ha caído en desuso porque los años de estudio y esfuerzo que requieren la carrera de podología les faculta para mucho más que el tratamiento de los callos.
¿Cuándo acudir?
En realidad no necesitas una excusa para acudir al podólogo. Siempre que notes o sospeches algún posible problema —una mala postura al caminar, un dolor sin motivo aparente— deberías pedir cita. Sin embargo, estos son los motivos más frecuentes.
La infección por hongos
Hay muchos tipos de hongos que pueden afectar a nuestros pies, la mayoría provenientes de lugares comunes como vestuarios, duchas compartidas o piscinas.
- La onocomicosis es la infección de las uñas de los pies como consecuencia de un hongo. Para su tratamiento se necesitan fármacos antifúngicos, sin detener su toma hasta que el médico lo indique. Si no seguimos las indicaciones médicas, es fácil que vuelva a aparecer con aún más fuerza que antes.
- La tiña o pie de atleta es una infección vírica común que provoca ampollas y grietas entre los dedos. El aspecto es desagradable, pero no tanto como las consecuencias que produce si no se trata a tiempo.
¿Qué tipo de dolencias trata un podólogo? ¿Cuándo es necesario acudir a este especialista? No descuides la salud de tus pies y pide cita ya en tu centro medico en Sevilla Policlínica Los Bermejales y te informaremos sin compromiso.
Las uñas encarnadas
Las uñas encarnadas son afecciones que producen mucho dolor, y aunque suelen ocurrir en el dedo gordo del pie pueden ocurrir en cualquiera. Ocurre cuando la uña del pie se incrusta en la carne del dedo, quizás por un golpe que nos haya roto la uña o por el uso de zapatos no adecuados para nuestro pie.
Es importantísimo que acudamos a un podólogo si esto ocurre, porque si no lo tratamos adecuadamente se puede infectar, agravándose el problema y dificultando la intervención.
Callos o durezas
Este es el motivo más popular, por el que siempre se ha acudido al podólogo. Las durezas o callos se producen por un daño repetido del tejido en la misma zona. Con este rozamiento se forma una dureza que se va acumulando. La diferencia principal entre ambos es el tamaño: el callo es más pequeño, localizado y doloroso.
Es mejor que no tratemos los callos por cuenta propia, sobre todo si son prominentes o desarrollados. Seguramente se utilicen métodos poco ortodoxos que sólo consigan hacernos daño. Si tienes callos o durezas no los trates por tu cuenta y pide cita en tu podólogo, ya que pueden aparecer por un calzado poco adecuado o por alguna desviación ósea o mala postura al caminar. Sólo un podólogo podrá diagnosticar el origen del problema, llegar a su raíz y acabar con él.
Bromhidrosis o mal olor.
Ésta es una de las consultas más frecuentes al podólogo. Hablamos del mal olor de pies, pero no debido a la falta de higiene sino por un fallo apocrino a nivel genético: las glándulas segregan sudor en exceso, el cual al entrar en contacto con las bacterias de la piel produce ácidos grasos y amonio.
Este olor es genético. Suele aparecer en la adolescencia y si no se trata, dura toda la vida.
En este sentido, el podólogo te asesora de los tratamientos existentes: antitranspirantes especiales, jabones con germicidas, un tratamiento de bótox para detener el sudor o cirugía en última instancia.
Pies planos
Cuando tienes los pies planos, sólo el podólogo puede ayudarte a empezar la corrección del problema. Con plantillas ortopédicas y un calzado especial se corrige el problema a lo largo del tiempo, algo que se revisa de forma anual. Si te acostumbras a caminar con mala postura, el problema empeorará.
Dedos martillo
Estos son dedos en forma de garra. Es una malformación muy común y produce daño y molestias; pueden ser hereditarios, pero su principal causa es el uso de zapatos no adecuados: estrechos, con mucho empeine o tacón o cualquier zapato que impida que los dedos estén completamente rectos.
Sufres diabetes
En estos casos nuestro esfuerzo como podólogos va dirigido a prevenir posibles problemas. La diabetes, entre otros daños, hace que no llegue la sangre suficiente a las extremidades, anulando la sensibilidad en las piernas.
Los pacientes diabéticos deberían hacerse al menos una revisión anual, así como acudir a un podólogo en cuanto detecten cualquier tipo de problema.
Lesiones en los pies
Por último, las lesiones en el pie hacen necesario el acudir al podólogo para que revise que todo está bien.